SOBRE MAEW
MAEW nació de una conexión profunda con el Tamra Maew, un antiguo manuscrito siamés que honra a los gatos como seres sagrados y símbolos de prosperidad. Este texto ancestral no solo inspiró nuestro nombre, sino también la filosofía que guía cada una de nuestras piezas: un homenaje al espíritu, la naturaleza y los rituales cotidianos.
En MAEW, la cerámica es una forma de ofrenda. Cada objeto se crea con intención, respetando los ritmos de la tierra y las técnicas tradicionales.
Celebramos los pequeños actos diarios como rituales, transformando lo cotidiano en algo sagrado. No vemos nuestros objetos solo como utensilios, sino como recipientes de energía, memoria y ritual. Cada pieza contiene no solo una estética cuidada, sino también un propósito más profundo: formar parte de esos momentos que nos reconectan con quienes somos.
Nuestras formas fusionan geometría, texturas orgánicas y espiritualidad. Creamos con respeto hacia lo ancestral, pero desde una perspectiva contemporánea.
Cada pieza es una extensión de esa filosofía — elaborada con intención, paciencia y un vínculo profundo con la naturaleza.
Sobre mí
Soy Antonella, nacida en Argentina, y desde hace una década llamo hogar a Barcelona.
Trabajo con cerámica desde hace siete años, aunque mi vínculo con el arte y la naturaleza me acompaña desde siempre. Desde niña sentí la necesidad de transformar lo cotidiano en algo significativo. Descubrí que en los gestos simples habita un lenguaje sagrado.
Así nació MAEW, como una forma de honrar la belleza de lo pequeño, la geometría del universo y los ciclos que nos sostienen.
Me inspira profundamente la naturaleza: sus colores cambiantes, sus texturas imperfectas, el ritmo lento de los procesos, la flora, la fauna y los cuerpos celestes.
Encuentro belleza en lo rutinario, en los objetos que acompañan y sostienen lo cotidiano.
De la cerámica, me enamora el proceso: el torno como danza, la técnica como lenguaje, la práctica como meditación.
Del diseño, me inspiran la simpleza, las líneas limpias, lo funcional y lo sutil.
Y de Barcelona, su luz, su mezcla de modernismo y mediterráneo, su diseño que equilibra arte, oficio y vida.
Cada pieza que creo es un intento de traducir esa conexión en algo tangible: un objeto que abrace, que acompañe y que despierte.
La cerámica es, para mí, una forma de escuchar, de recordar y de estar presente.
A través de MAEW, comparto ese viaje.